martes, 3 de agosto de 2010

Xoloth..Capitulo primero

Día después de Navidad, un hombre caminaba, apresuradamente por una transitada calle de la Cd. De México, nadie se percata que en sus manos traía consigo una caja de cartón envuelta en un hermoso papel de envoltura de brillante color, con un hermoso moño en la parte superior; hacia mucho frió, por lo visto el hombre espera darle ese regalo a alguien muy especial.
Pero al cruzar por una de sus calles, un accidente en la carretera, hizo dificil el cruce, algo no de mayores consecuencias, pero aun así hicieron que el transito se detuviera por algunas horas, las personas que cruzaban en ese momento tuvieron que detener su camino y esperar, pero nunca falta, que otra persona se quiera aprovechar de la ocasión, hurtando carteras y cuanto objeto se le hiciera interesante, al ver la caja del hombre no dudo mucho en arrebatársela.
Hey! ¡Que haces suéltalo!... el ladrón empujo al hombre que llevaba consigo la caja, haciéndolo caer de espaldas, el hombre comenzó a gritar desesperado, ¡Un ladrón, Un ladrón! Pero ante la eminente concurrencia, sus gritos parecían muy lejanos ante los oídos de los policías que rondaban el lugar, el ladrón había cometido su delito, desapareciendo ente la mirada atónita del hombre, que no pudo hacer más.
En uno de los callejones lejos de mucha concurrencia, casi oscureciendo el ladrón se dispuso a contar su botín; que bien hoy tendrán regalos mis hijos, podré comprarle algo lindo a mi mujer, la llevare a comer a los tacos de la esquina, que feliz se pondrá; pero ante su eminente alegría había olvidado el regalo que había hurtado, ¿que será lo de la caja?, y antes de que la abriera, un hombre de color, bien vestido ropa de marca de color negro hacian resaltar su mosculatura, llego ante la presencia del ladron; que temeroso giro la vista hacia donde estaba aquel hombre de color.
-Veo que has ganado bien.
-No, no es eso, es lo normal, casi me atrapan
-Dámelo...
-No, Rojo por favor, quiero llevarle de comer a mi familia, llévate el regalo, es rosa, a tu hija le gustara.
Tomando el regalo entre sus manos y dándoselo al otro hombre para que no le quitara su dinero, devolviéndolo de una manera brusca le dijo:
-No tengo hijos, dame el dinero.
No tuvo mas remedio que darle el dinero, el tipo se alejo haciéndole una advertencia con el brazo al ladrón.
Frustrado el ladrón, olvidando que traía consigo el regalo en la mano, camino hacia su hogar, con su familia, el clima empezaba a empeorar, preocupado el ladrón llego a la pequeña casa que habitaba con su familia, con solo el regalo en el brazo; recibiéndolo con un gran abrazo su pequeña hija, la más chica de cinco.
-Papi !!…
-Hola pequeña ¿como esta la reina hoy?
-Bien… ¿Que me trajiste? ¡Un regalo!, exclamo emocionada la pequeña
-¿Lo puedo abrir?
Y sin decir el padre una palabra, la pequeña se dispuso a abrir el regalo.
Preocupado pregunto, ¿y tu madre?
-Salió dijo que volvería al rato
Nuevamente el hombre pregunto -¿en donde están tus hermanos?
La pequeña respondió haciendo un esfuerzo por abrir la caja: -Salieron a trabajar aun no regresan; en eso la puerta se abrió, entro una persona tapada con una cobija encima hasta la cabeza, al quitarse la cobija vio que era la madre de la pequeña.
-Ya llegaste, ¿Cómo te fue?, el hombre aparto la mirada de su mujer, como adivinando lo que le diría.
-No puede ser, es la quinta vez este mes… antes de recibir otra reprenda mas la mujer puso atención al regalo que su hija todavía trataba de abrir.
-¿Qué es eso?, mirando hacia su marido le dijo ¿le compraste un regalo? A lo que el carácter de la mujer cambio, y le dio un fuerte abrazo…
-Es lo más lindo que haz hecho, creí que no te importaba.
-Bueno tenia que hacer algo estaba ahí lo ví.
-Gracias amor, ¿y que es?, antes de que el hombre contestara, la niña grito emocionada.
-¡Un perrito! En eso la mujer volvió a su antiguo humor.
-Un perro, como es posible, sabes como paso los días pensando que le daré a tus hijos de comer y tú trayendo una boca más.
-Velo por el lado amable mujer cuidara la casa, además era de un tipo rico, posiblemente es de raza y lo podremos vender.
-Lo robaste, dijiste que ya no lo harías, más te vale que sea de raza.
En eso tanto la mujer y el hombre pusieron sus ojos en su pequeña hija y el animal que traía en brazos.
-Es muy pequeño, ¿será un perro?....
-Si, mamí, mira tiene cola, orejas y cuatro patas.
Era uno de los mas raros que habían visto, ¿dices que es un perro?, dijo la mujer.
-Eso parece, esta muy rojo.
-Que bien así lo llamare, rojo, dijo la pequeña feliz.
El padre al oír ese nombre, se estremeció por un momento.
-Nena ¿podrías ponerle otro nombre? Hay muchos muy lindos.
-No, quiero ese nombre, se llamara rojo.
El hombre no tuvo más remedio que aceptar el deseo de su hija.
-Bueno, creo que iré por los chicos,
-Eso no es un perro, deberías devolverlo; le dijo su mujer.
-La niña esta contenta, solo le durara un poco el gusto al rato se olvidara de el.
-Espero no sea un castigo de Dios por estar de ladrón.
-Sshhh!, no digas eso mujer, te oirá la niña.
-Mas vale que lo vendas lo mas pronto posible.
-Esta bien, esta bien.
En eso cuando el hombre tato de salir para buscar a sus hijos, entraron precipitadamente cuatro chicos dando de empujones.


Conociendo a La Familia.
El padre de familia, nombre: Alfonso; edad: 38 años; ocupación: desempleado; aficiones: ladrón.
La esposa buena cocinera, nombre: Amelia; edad: 36; ocupación: Ama de casa, a veces lava y plancha ajeno para ayudar a su esposo.
El hijo mayor de 18 Gerardo lo conocían como el maestro, y no porque lo fuera.
Manuel de 15, conocido como barítono, el más entonado.
Ernesto de 13 conocido como teléfono, a veces confundía las cosas.
Raúl de 12 llamado el inventor, un joven muy listo.
La pequeña se llama Alex de 5 años, los cuatro hermanos cada invierno formaban un pequeño grupo de música donde tocan en una de las esquinas o en el parque de la cuidad, se les conocía como Sponch.

Xoloth.. Capitulo segundo

El Padre mirando a sus hijos muy agitados les dijo:
-Porque tan tarde chicos, no saben lo peligroso de las calles, estaba a punto de ir por ustedes; pero los chicos no le dieron oportunidad de decirles más, inmediatamente le dijeron a su padre.
-¡Nos persigue Papa, escóndete!; le dijo Gerardo el mayor.
-¿Qué, Quien?
-Rojo viene para acá, le dijo Raúl, en eso la pequeña grito emocionada,
-¡aquí esta!, todos voltearon al mismo tiempo hacia la ella, y vieron al animal en sus brazos.
-¿Que es eso?, ¿es un perro? Dijo uno de los hermanos.
-Si, dijo la pequeña emocionada, se olvidaron por completo de las palabras del mayor, vieron al perro, pero para asombro de sus padres, el perro carecía del color con el que lo habían llamado, teniendo un tamaño normal al de cualquier perro.
-Pero que demonios, ¿como es que…? Antes de que el padre terminara la frase, golpearon fuertemente la puerta.
-PUM, PUM, PUM, era un hombre, con una voz gruesa les grito: Abran, se que están ahí...
Corriendo todos, por todas partes como cuando enciendes la luz, y un montón de cucarachas corren a esconderse, (reacción natural, en todo ser vivo), el padre pregunto al mayor.
-¿Porque Rojo me busca?
-Vimos cuando te quito el dinero, lo seguimos y se lo quitamos, por eso nos persigue.
-Si papa, fue fantástico, debiste haber visto su rostro; le dijo Ernesto.
-¿Y porque a mi?
-Porque dijo que vendría a reclamarte.
-Chicos porque hacen eso.
-Lo sentimos, solo que no queremos que te extorsione mas.
En eso su mujer le dijo: -ahora vera ese Rojo, se las vera conmigo; pero Alfonso tomándola del brazo le dijo:
-No Amelia yo lo haré, con voz tranquila dirigiéndose a la familia y muy asustado les dijo:
-Tranquilos todos, y por favor, escóndanse; se dispuso a abrir la puerta, que parecía que caería con un golpe mas.
Al abrir la puerta, estaba la figura imponente de Rojo, un hombre de color alto, muy fornido, bien vestido que le había quitado todo el dinero robado, entraba en la casa.
Con voz temblorosa y demasiado asustado retrocediendo hasta la mitad de la habitación
-Déjame explicarte, no es lo que parece, yo no tengo nada que ver;…
Rojo tomo a Alfonso por su ropa levantándolo de puntas sobre sus pies y le dijo:
-Tus hijos tomaron algo que es mío, y lo quiero de vuelta.
-Lo se, mas bien no lo se, p-p-pero l-lo tendrás; dijo tartamudeando.
Sin darle oportunidad de decir otra palabra, sintió una humedad en uno de sus zapatos.
El cachorro rojo estaba haciendo pis en el.
-¡Pero que demonios! Exclamo enojado, pateando al cachorro arrojándolo lo más lejos posible,
-Nooo!.. Grito la pequeña Alex, saliendo de su escondite.
Rojo de nueva cuenta amenazo al hombre que estaba extorsionando.
-¡Ahora será el doble de lo acordado, o estarás pidiendo limosna en las esquinas con las piernas rotas!
Alfonso solo decía: -yo, yo, yo.
Todos retrocedieron muy asombrados, el hombre Rojo estaba a punto de gritar mas cosas cuando en eso escucho un rugido muy fuerte detrás de el, en eso dijo Alex.
-Oh, oh, lo haz hecho enfadar.
Sin voltear Rojo le dijo al hombrecito.
-No me digas, un perro, ¿pretendías asustarme con el pedazo de perro que tienes?
Alfonso le dijo, -de hecho no es mío es de mi hija.
Soltándolo y dando media vuelta, vio a un perro de un gran tamaño de color rojo, con un aspecto realmente aterrador, Rojo dijo:
-De donde crees que saliste perro, no te atrevas a retarme.
Alfonso estaba sorprendido, era el mismo cachorro, pero su color rojo era más intenso y del tamaño dos veces más grande que Alex su pequeña hija.
Perro y hombre se miraron, fijamente uno al otro; era el reto de la mirada*.

*Reto de la mirada: se trata de que si miras a un perro fijamente a los ojos, el primero que baje la mirada, se impone al otro que la sostiene; parece ridículo, pero funciona.

Xoloth... Capitulo tercero

Alfonso en eso dijo: -Rojo creo que no es momento de… en eso sus hijos le hicieron una señas, -sshhh, papá, ven.
-¿Que pasa?
-No los molestes…
-¿Pero?
-Déjalos rojo ganara, le dijo su hija Alex.
-¿Cual de los dos?
-El perro, dijeron todos al unísono.
Alfonso aun con una inquietud de perder sus piernas le pregunto a su hija.
-¿Hija, Como lo sabes que el perro ganara?
-El me lo dijo.
Gerardo el hijo mayor insistió; -papá el perro ganara.
-Espero estén en lo correcto.
La familia sin perder de vista a los dos rojos, (Rojo hombre “R” y rojo perro “r”) con sigilo y sin hacer ruido, se dirigieron a la mesa y observar el duelo.
Amelia había preparado un caldo con algo de verduras, tratando de romper un poco el silencio, pregunto a sus hijos; con una voz baja.
-Por cierto ¿como les fue en el trabajo?
Con cierta lentitud giraron su cabeza para mirar a su madre; y les dijo:
-¿Que les pasa?, estarán así por horas, además me preocupa, que... y antes de que terminara, escucharon algo fuera de lo común, era un rugir de estomago, que provenía de rojo el perro, pues desde que llego no había probado bocado; emocionado el hombre Rojo, le dijo en tono burlón.
-Te tengo cachorro.
Pero la voluntad del perro era más que la de ese hombre, así que sin despegar la mirada rugió nuevamente y resopló en la cara de Rojo, haciendo que partículas de aire entraran en la nariz de Rojo y tuviera la sensación de estornudar; haciendo un esfuerzo, evito estornudar, pero, como ustedes saben no se puede contener un estornudo y menos ante un reto de miradas; con gestos algo graciosos para evitarlo, y un estruendoso:
-Aacchhuuuu!!... que no pudo contener más, el estornudo hizo que perdiera.
Todos quedaron estupefactos al ver que Rojo había perdido, el hombre alzando los brazos seguidos un grito que se escucharon en todo el vecindario, y que posiblemente aterraría hasta el más valiente fantasma.
-¡Nnnnoooooo! dijo enfurecido.
La familia se quedo helada, no sabían como tomaría Rojo esa enfrenta de perder con el perro y su venganza.
Cuando dejo de gritar, bajo los brazos, con un suspiro le dijo con una voz de berrinche:
-Hiciste trampa… manoteando con las manos, haciendo notoria su frustración.
Todos estaban sorprendidos de la reacción de Rojo, volteando hacia la mesa donde estaba la familia, se acerco a ellos.
Mirando fijamente a Alfonso, le dijo en voz baja:
-Te perdonare la deuda, pero si le dices a alguien que he perdido, te pateare el rostro.
-Esta bien Rojo, lo prometo.
Incorporándose acomodándose el abrigo le dijo:
-Bien… vendré después de año nuevo; estaba a punto de retirarse cuando Alfonso le pregunto.
-¿Después de año nuevo?, pero dijiste que la deuda…
Rojo mirándolo nuevamente, le dijo: -lo se, vendré después de año nuevo, se que no tienes trabajo así que trabajaras para mi.
La familia queda en shock, un gran silencio se hizo presente hasta el grillo de la esquina, dejo de tocar su leve canción
-Trabajar para ti, pero... Dijo Alfonso.
-No me lo agradezcas, agradécele al perro, me pidió que te diera trabajo.
Y al mirar hacia donde estaba el cachorro, vieron al perrito de hace rato, sin su singular color rojo, como cualquier perro.
-Me voy, no lo olvides, vendré por ti después de año nuevo; le dijo Rojo a Alfonso, se dirigió a la puerta, se fue.
Alex estaba emocionada, todos estaban con la boca abierta, en eso Ernesto hablo:
-Eso quiere decir que, comeremos carne.
Todos rieron, y se dispusieron a disfrutar del caldo de Amelia, rojo el cachorro, recibió una porción extra en su plato, Alfonso mirándolo, por su cabeza se hacia un sin fin de preguntas dirigió su mirada al cachorro en un tono algo silencioso, le dijo:
-Gracias, rojo.